Por Estíbaliz García
Después de veintitantos años como DJ –la verdad, da vértigo solo de pensarlo– y casi una treintena de maxis en sellos tan punteros como Tresor, Kobayashi o Theory, huelga decir que Oscar Mulero se tiene merecido el sambenito de estandarte nacional en cuanto a supurar techno se refiere. Es el único español que ostenta tal ritmo de producciones a la vez que sigue en activo, un hecho más que sintomático que demuestra a las claras que, por encima de todo, lo vive de verdad. Por el camino han caído, de manera muy acertada, guiños evidentes a productores del momento como Oliver Ho y Ben Sims –sí, esas congas eran un espanto–, así como la facción más dura de un club de fans que, quizás no demasiado preocupados por escuchar su actual discurso (preocupadísimos por otras cosas, sin embargo), no ha terminado de comprender una evolución honesta y sin mácula.
“Grey Fades To Green” pone en orden la mayoría de influencias de Mulero hasta la fecha: desde el Detroit seco y marcial de Robert Hood (“Same Shoes Different Streets”, “The Darker Days”, “Road To Pleasure”) a la polirritmia de Rephlex y Funckarma (las sorprendentes “Letters From Madrid” y “Grey Fades To Green”); del techno elástico del primer Mark Broom (“Repeater”) al centrifugado neuronal de la tropa Downwards o el techno-dub de nuevo cuño (“Taken The Wrong Day”). Se le escapan incluso guiños al Detroit más espacial (excelente “Dreams Of Hapiness”, a medio camino del jazz futurista de Carl Craig y las orgías de sintes de Kenny Larkin en Art Of Dance) y hasta un divertimento acid-glitch al estilo Cane (“After All”).
Es un disco, pues, rematadamente honesto que intenta huir de los parámetros del formato maxi en pos de una (muy conseguida) profundidad. Está claro que muchos seguidores del madrileño no asimilarán este cambio, pero, oigan, allá ellos. “Grey Fades To Green” da muchísimo más de lo que se espera de una puesta de largo, y eso merece un aplauso.
Escuchadlo aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario